viernes, 18 de noviembre de 2016

RESEÑA

Muy agradecido por la reseña que me dedica Viktor Gómez Valentinos en su página de Facebook con respecto a mi libro “La tiza envenenada”.
LA TIZA ENVENENADA
Co-educar en tiempos de colapso
Primer manifiesto anti-andragógico
Textos (in)surgentes, 2016
N15134577_10211126398059161_8100113606013295993_nunca la gratitud es suficiente, cuando alguien como Vicente Gutiérrez Escudero obsequia su devenir-enseñanza en un archivo de destrezas y desaprendizajes necesarios para recuperar el potencial de una educación de la ciudadanía en su infancia-juventud que no les quiebre la inteligencia y capacidades de lograrse humanamente, más allá de los deseos del Sistema-mundo por automatizarnos como maquinaria especializada en las cadenas de producción-consumo.
Es entre otras cosas un proyecto de escritura sabrosa en sus formas, excitante y alentadora en sus propuestas y realista y certera en sus análisis y diagnósticos de la “mala educación” imperante bajo el paradigma patriarcal-capitalista. Y lo es desde su doble impulso, de experiencia de vida docente y de admirable calidad intelectual, lectora y observadora. Sí, la propuesta incide en educar para ser, no para producir o acumular. Va contra la legal pero amoral sociedad competitiva empresarial que aúpa a los piratas (Peter Pan), a la Reina (Alicia en el País de las Maravillas) frente a la inteligencia creadora, gozosa, generosa y protectora de los ecosistemas naturales y sociales de la que parte la consciencia de los infantes, los adolescentes que no han sido domados o anestesiados por la sociedad: Escuela del éxito, familia represora, publicidad, propaganda y ocio audiovisual de la cultura masiva y light que adormece como el mejor de los anestésicos,14938152_10211126398579174_7408465032665187008_n morfina en pixeles. Y no se va contra la tecnología, sino contra su uso perverso e inadecuado. Así mismo, los métodos de enseñanza, nos deshumanizan, sino priorizan el ser frente al tener y el compartir frente al competir, etc.,
Mucho mejor articulado y minuciosamente analizado en este muy recomendable libro.
Gracias, Vicente, lo voy a releer ahora, después de más de un mes que lo leí al tirón, al no poder parar de leer, de dos días. Es denso y en la relectura seguiré escuchando y atendiendo cada asunto que emerge y se enlaza por debajo y por arriba de tu erguida, humilde y sabia escritura.

lunes, 19 de septiembre de 2016

LA TIZA ENVENANADA

Este miércoles a las 19:30 se presentará en La Vorágine mi nuevo libro de ensayos, titulado “La tiza envenenada", editado en Textos (In)surgentes. Este libro nos introduce en los aspectos más perjudiciales del modelo educativo español (y de muchos países “desarrollados”) y las razones del sistema para la perpetuación de ese modelo. La agitación permanente necesita ser alimentada con reflexiones incisivas y con ideas provocadoras. Ese es el propósito principal de la colección Textos (in)surgentes: ensayos breves pero con sustancia que aspiran a esparcir entre las mentes inquietas con vocación de incertidumbre.
"¿Qué se opone actualmente a esta linealidad en nuestro sistema educativo? Siendo realistas la única avería heroica –la más enternecedora tal vez- que se opone a ese carácter rectilíneo del sistema educativo es el repetidor. El repetidor es un personaje pintoresco y singular que aporta perspectivas nuevas. El repetidor trastoca ese orden lineal de la educación formal por cuanto provoca un cortocircuito en esa cadena de montaje; con él, la rueda de moler educativa se detiene, altera la ruta a seguir y, aunque no la llegue a invertir, ralentiza el orden de la marcha. Se nota en él el regocijo y la suerte de haberse libertado aunque sea por tan solo un año, de esa linealidad. Es un defensor de lo reversible. Más que de repetidor deberíamos hablar de rezagado. El alumno rezagado es –aún de manera puntual e inconsciente- el agente que introduce la reversibilidad del tiempo, que cuestiona la linealidad del currículum, alzándose como entrañable anti-héroe, allí donde la linealidad educativa se quiere imponer." (La tiza envenenada. Co-educar en tiempos de colapso, Vicente Gutiérrez Escudero. Pág. 37)


martes, 16 de febrero de 2016

ARTÍCULO

VIAL DE SANGRE

(Publicado en El Faradio, en mi sección La Escombrera Habitada)
Un año ha pasado desde la muerte de Amparo Pérez. No sé si el hecho de calificar aquel suceso de asesinato u homicidio indirecto, bajo la Ley Mordaza, supondría arriesgarse a recibir una grave penalización.
AMPARO-Festival
Foto aérea cedida por Jonathan Valle
El caso es que falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos de Valdecilla, justo al día siguiente de haberse reunido con el alcalde de la ciudad quien le informó de que debía desalojar su casa sí o sí, a pesar de que un informe médico ya había alertado de los riesgos que conllevaba su traslado a otra vivienda.
Muchos recordamos con afecto e impotencia esa pequeña fortaleza de paz y dignidad que era su casa, ese sosiego doméstico y humilde que no dañaba a nadie pero en el que muchos vieron una fuente suculenta de peculio.
De modo que el Ayuntamiento la derribó para construir, con prisas, el vial más absurdo e innecesario de toda la ciudad.
Yo, personalmente, aún no lo he atravesado, ni en coche ni a pie. Al verlo desde lejos, uno echa de menos la ladera agreste, el prado indómito, la huerta humana o el camino embarrado de extrarradio…
Nada mejor, para comprender la dura realidad mafiosa y despótica en la que nos obligan a vivir nuestros gobernantes, que detenerse unos minutos a contemplar esa lengua infernal de hormigón asfáltico que une la Avenida de los Castros con la S-20.
La destrucción de su casa y su fallecimiento nos recuerda que vivimos en el “primermundismo” más inhumano y cruel. Fue un horror bárbaro y medieval, acorde con los más sucios escándalos de corrupción de nuestro país. Y es que este país, por desgracia, está lleno de silenciosas y lentas expropiaciones, similares a la sufrida por Amparo y su familia.
Para mí fue asombroso que más de medio centenar de personas acudieran asiduamente a las manifestaciones y acampadas de apoyo, como asombrosa es la solidaridad de muchos ciudadanos que acuden altruistamente a la paralización de multitud de desahucios de conciudadanos suyos. Son muestras de que algo está cambiando en nuestra ciudad.
Muchos recordaremos el ejemplo estupendo de esta mujer de 86 años. Llama la atención tanta entereza y determinación en alguien de su edad. Su lucha valiente y singular quisiéramos verla repetida en cada una de las otras expropiaciones innecesarias que comete impunemente este ayuntamiento.
En ese sentido hay quienes, de forma bienintencionada, proponen homenajear a su memoria llamando a ese tramo de carretera el “Vial de Amparo”.
Creo que eso sería un error imperdonable, pues darle un nombre supondría aceptar y reconocer su utilidad, por no hablar de la ironía macabra que subyace en el hecho de asignar el nombre de Amparo al mismo infierno de cemento que sepultó su casa y su vida. Ese vial, por el contrario, se merece todo nuestro rechazo y desprecio. El único deseo que deberíamos tener ante semejante monstruo de hormigón es el de su completa e inmediata destrucción. Y recuperar lo que fue en el pasado la Vaguada.